Fuera de lo evidente, debe existir motivos por los que esta disciplina se mantiene vigente. En entradas anteriores mencionamos algunos objetivos de la publicidad, abordémoslos uno por uno:
- Objetivo de informar: La publicidad tiene la finalidad de dar a conocer información de un producto o servicio a la audiencia, de comunicar una oferta o la existencia de una marca. El horario de atención, vías de comunicación, dirección o de establecer vínculos emocionales. En todo caso, siempre debe informar algo, si no, la inversión en la misma no se justifica.
- Objetivo de persuadir: Si nos limitáramos a informar, la publicidad no sería muy diferente de otras actividades noticiosas (salvo el eminente interés privado, en lugar de público). Por lo que al redactar un texto publicitario, también buscamos que una audiencia realice una acción concreta, visitar, llamar, comprar, compartir, interactuar, participar. Todos los verbos anteriores implican una acción que el cliente desea se realice, el arte de esta forma de comunicación yace en saber cómo convencer mediante la persuación.
- Objetivo de recordar: Permanecer en la mente de las audiencias le da vigencia a una marca, los hace ganar puntos en el llamado "top of mind" una carrera que corren todas las empresas para que su producto sea seleccionado antes que los demás. La recordación implica continuar en la mente del público.
- Objetivo de reforzar: Esto consiste en reafirmar a un cliente lo acertada que ha sido su elección, no se trata de vender el producto, esta publicidad se dirige a los usuarios o consumidores que ya lo adquirieron, una forma de darles una palmada en la espalda y felicitarlos por su compra, los refuerzos positivos son muy buena opción para fomentar fidelidad hacia la marca.
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